¿Qué son los pulmones?

Los pulmones son los órganos vitales de la respiración. Su función principal es oxigenar la sangre al permitir que el aire inspirado entre en estrecha relación con la sangre venosa de los capilares pulmonares.

Los dos pulmones son dos, uno derecho y otro izquierdo, están situados en el tórax a ambos lados del mediastino.

Poseen características generales comunes, pero presentan diferencias de forma que los distingue a uno del otro.

El volumen global de los pulmones depende de la capacidad torácica y de la forma del tórax, pero son los volúmenes de aire movilizados durante la ventilación los que tienen valor para la medicina.

El peso absoluto del pulmón derecho oscila alrededor de los 600 g y el del pulmón izquierdo, de los 500g , o sea, un término medio de 1100 g para los dos pulmones.

El pulmón normal es de color rosado claro. Con la edad, la trama conectiva del órgano se impregna de polvo y se torna grisáceo.
Los pulmones sanos de un individuo vivo normalmente son ligeros, blandos y esponjosos.

En la superficie pulmonar se forman pequeñas figuras poligonales que marcan el contorno de los lobulillos pulmonares.

El tejido pulmonar es flácido y elástico, es suficiente una leve presión para deprimirlo y lograr evacuar el aire contenido en los alvéolos; además es frágil y se desgarra fácilmente. Es una estructura elástica que se colapsa como un globo y expulsa el aire a través de la tráquea siempre que no haya ninguna fuerza que lo mantenga insuflado.

Los pulmones se pueden expandir y contraer de dos maneras:

👉mediante el movimiento hacia abajo y hacia arriba del diafragma para alargar o acortar la cavidad torácica.

👉mediante la elevación y el descenso de las costillas para aumentar y reducir el diámetro anteroposterior de la cavidad torácica.

Cada pulmón está revestido y rodeado por un saco pleural seroso que consta de dos membranas continuas:

👉la pleura visceral, que cubre los pulmones formando su superficie externa.

👉la pleura parietal que reviste las cavidades pulmonares.

No hay uniones entre el pulmón y las paredes de la caja torácica, por lo que los pulmones «flotan» en la cavidad torácica, rodeado por una capa delgada de líquido pleural que lubrica el movimiento de los pulmones en el interior de la cavidad.

La aspiración continua del exceso de líquido pleural hacia los conductos linfáticos mantiene una ligera presión negativa entre la superficie visceral del pulmón y la superficie pleural parietal de la cavidad torácica.